No estamos de acuerdo


Fijaros hasta donde llega la temeridad de este humilde bloguero que sostiene esta negación nada menos que referida a Séneca en una de sus Epístolas morales a Lucilio, concretamente la 33 del libro IV, en la que no se recomienda la mera divulgación de las frases sueltas recogidas de los escritos de los grandes filósofos y literatos.

La razón según el pensador cordobés, es que no se debe entesacar una sentencia aislada del contexto de una obra y del ideario completo de un determinado autor, porque con ello se anula la capacidad creativa del copista incluso la de los posibles lectores, en vez de fomentar la reflexión sobre otros nuevos asuntos. Llega a decir, textualmente: nunca se harían hallazgos si nos contentáramos con los ya realizados.

Pues bien, creo que si Séneca viviera en nuestro tiempo, utopía inviable donde las haya, no se manifestaría de esta manera, porque reconocería que hoy, los nuevos hallazgos en materia de pensamiento están casi reservados a los grandes pensadores y, desafortunadamente, la reflexión no es materia muy practicable ni apreciada por los hombres y mujeres de a pie de nuestros días. Todo transcurre demasiado rápido y el exceso de información que nos ayuda, pero que también nos atropella, no propicia verdaderamente el hecho de que nuestras mentes se detengan a meditar. No encontramos tiempo ni ocasión para ello. Y, además, los efímeros profetas “sabelotodo”, vociferantes que surgen por doquier, no nos lo recomiendan.

Pero, sin embargo, el recordatorio o la referencia a citas y pensamientos notables de gentes eminentes que han sintetizado ideas brillantes o, simplemente, pedagógicas, creo que nos viene muy bien a todos los que vamos caminado a trompicones en el no siempre fácil transcurrir de nuestros tiempos.

Pueden ser destellos, flashes, rápidos y quizás fugaces y pasajeros, pero que bien podrían llamar la atención sobre algún aspecto inesperado o impensable de nuestras vidas. Sabemos que no descubrimos nada y que no investigamos nada, según las propias palabras senequistas, pero nuestra finalidad es mucho mas modesta.

Por ello continuaremos buscando y propalando citas que, al menos en la consideración de este modesto bloguero, puedan ser sugerentes y hasta constructivas.

Y, desde luego, seguiremos leyendo las enriquecedores Epístolas morales a Lucilio, de nuestro inestimable Séneca.

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