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Luis Rosales

                                                                                                 Lo sencillo es misterioso;                                y nadie sabe hasta ahora                                donde pasan el invierno                                las mariposas

Valle Inclán

Amé la soledad y, como los pájaros, canté sólo para mí. Si hubo alguna vez oídos que me escucharon, yo no lo supe jamás. Fue la primera de mis normas: Sé como el ruiseñor, que no mira a la tierra desde la rama verde donde canta.

Amin Maalouf (Los jardines de la luz)

Hazte más ligero sobre esta tierra, anda sin apoyar, evita los gestos bruscos, no mates a los árboles ni a las flores: Haz como si labraras la tierra, pero no la hieras, confórmate con acariciarla.                     

Marco Aurelio

Hágote saber, amigo, que a mí no me hicieron emperador por la sangre de mis pasados, ni por el favor de los presentes, sino porque fui amigo de sabios y enemigo de necios.

Antonio de Guevara

A la corte me trujeron, aflojo en los ayunos, quebranto las fiestas, olvido las disciplinas, no hago limosnas, rezo poco, predico raro, hablo mucho, sufro poco, rezo con tibieza, celebro con pereza, presumo mucho y como demasiado. Los hombres vanos, con palabras vanas pregonan sus placeres vanos, y los hombres prudentes, con palabras prudentes disimulan sus pasiones crudas.

Antonio Machado, Señor, me cansa la vida

                                                     Señor, me cansa la vida,                           tengo la garganta ronca                           de gritar sobre los mares,                           la voz de la mar me asorda,                           Señor, me cansa la vida                           y el universo me ahoga.                          Señor, me dejaste solo,                          solo, con el mar a solas.                          O tú o yo jugando estamos                          al escondite, Señor,                          o la voz con que te llamo                          es tu voz.                          Por todas partes te busco                         sin encontrarte jamás,                         y en todas partes te encuentro                         solo por irte a buscar.

Gibran Kahlil (El profeta)

Si queréis conocer a Dios, no busquéis transformaros en descifradores de enigmas. Mirad, mejor, a vuestro alrededor y le veréis sonriendo en las flores y agitando las manos en los árboles. Podrías olvidarte de aquel con quien has reído, pero nunca de aquel con quien has llorado Si trabajáis de mala gana y no sabéis trabajar con amor, dejad vuestra labor e id y sentaros en las puertas del templo para recibir limosna de los que trabajan con amor. 

San Juán de la Cruz (De la nada al todo)

Modo para venir al todo: Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada. Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada. Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada. Modo para tenerlo todo: Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde no gustas. Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes. Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees. Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres. Modo para no impedir al todo: Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo. Porque para venir del todo al todo, has de negarte del todo en todo. Y cuando lo vengas del todo a tener, has de tenerlo sin nada querer. Porque, si quieres tener algo en todo, no tienes puro en Dios tu tesoro. En esta desnudez halla el espíritu su quietud y descanso, porque, no codiciando nada, nada le fatiga hacia arriba y nada le oprime hacia abajo, porque está en

León Felipe (Parábola)

Había un hombre que tenía una doctrina. Una doctrina que llevaba en el pecho, una doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco. Y la doctrina creció. Y tuvo que meterla en un arca, en un arca como la del Viejo Testamento. Y el arca creció. Y tuvo que llevarla a una casa muy grande. Entonces nació el templo. Y el templo creció. Y se comió al arca, al hombre y a la doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco. Luego vino otro hombre que dijo: El que tenga una doctrina que se la coma, antes de que se la coma el templo; que la vierta, que la disuelva en su sangre, que la haga carne de su cuerpo..y que su cuerpo sea bolsillo, arca y templo.