No te rindas


A mi ánimo, que no a mis ojos ni a mis manos, ha llegado este hermoso poema de Benedetti. Todo el es un clamor al batallar constante de la vida, al deseo que nos mantiene con la ilusión imprescindible. Al levantarse después de cada caída, y, más aún en las recaidas.
Yo quisiera que fuese para todos como una referencia vital, un fogonazo estimulante.   Aunque es muy conocido, os lo transcribo.



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