Modo para venir al todo: Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada. Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada. Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada. Modo para tenerlo todo: Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde no gustas. Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes. Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees. Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres. Modo para no impedir al todo: Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo. Porque para venir del todo al todo, has de negarte del todo en todo. Y cuando lo vengas del todo a tener, has de tenerlo sin nada querer. Porque, si quieres tener algo en todo, no tienes puro en Dios tu tesoro. En esta desnudez halla el espíritu su quietud y descanso, porque, no codiciando nada, nada le fatiga hacia arriba y nada le oprime hacia abajo, porque está en
Según la Historia Augusta el emperador escribió un poema en su lecho de muerte: Pequeña alma, blanda, errante Huésped y amiga del cuerpo ¿Dónde morarás ahora Pálida, rígida, desnuda Incapaz de jugar como antes...? P. Aelius Hadrianus Imp. M. Yourcenar termina su libro Memorias de Adriano desarrollando en prosa el mismo tema: Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrá que renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miraremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver... Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos...
Todo tiene su estación y todo propósito un momento bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para sembrar y un tiempo para recoger lo que se ha plantado.
Comentarios
Publicar un comentario